Blanqueamiento

En una sociedad y un tiempo en los que el atractivo físico se ha convertido en un valor importante, no contar con una bonita sonrisa ha pasado a ser una causa de complejos estéticos. Es habitual ver cómo muchas personas no sonríen o se tapan el rostro con la mano cuando no pueden evitar hacerlo con el fin de no mostrar su dentadura. Dado que unos dientes blancos y brillantes son una característica muy requerida el blanqueamiento ha pasado a ser uno de los tratamientos de estética dental más demandados.
Las causas por las que nuestros dientes cambian su color natural son numerosas: la más común es el consumo de tabaco o bebidas como el café, los refrescos de cola o el vino, que tienen un color fuerte; pero también pueden tener alteraciones en el tono de su dentadura personas que han estado sometidas a un largo tratamiento con tetraciclinas (un tipo de antibiótico); o quienes sufran problemas en la composición de los dientes, como la fluorosis (exceso de flúor) por ejemplo.
El blanqueamiento dental más habitual es un tratamiento basado en la acción del peróxido de carbamida o de hidrogeno . Éstos agentes son utilizados para el blanqueamiento tanto en el exterior como en el interior del diente.
Aunque el color de los dientes está determinado genéticamente, la tonalidad de éstos con el tiempo  va cambiando y es posible mediante el blanqueamiento recuperar el color deseado. Gracias al blanqueamiento dental, podemos reducir tonos, lo que significa que una sonrisa muy amarillenta o grisácea puede volver a lucir su blanco original.
Sin embargo, existen casos en que el paciente presenta manchas profundas en sus dientes o en que sus dientes presentan un un color amarillento intenso. En estos casos extremos, un blanqueamiento dental con peróxido de carbamida no sería suficiente para devolver a los dientes su tono blanco habitual. Así, para blanquear los dientes de este tipo de pacientes, la mejor alternativa sería el uso de carillas dentales, bien de porcelana o bien de composite.


Tipos de Blanqueamiento Dental

Se tratan a continuación las diferencias entre los diferentes tipos de tratamientos para conseguir un blanqueamiento dental. Muchas personas recurren a productos blanqueadores para usarlos en casa porque consideran que la pérdida del color natural de sus dientes no es tan grave como para acudir a un profesional. Como se verá a continuación, la intervención de un dentista especialista en blanqueamiento siempre será necesaria - en mayor o menor medida - para conseguir unos resultados óptimos en estos tipos de tratamiento.
Analizamos cuatro posibilidades distintas para conseguir blanquear los dientes:
1 - Blanqueamiento dental clínico:
En este caso, el tratamiento sólo dura una hora aproximadamente. Indudablemente, el blanqueamiento dental clínico es el que aporta mejores resultados, en un período de tiempo más corto y el que menor "esfuerzo" requiere por parte del paciente. 
2 - Blanqueamiento domiciliario:
Existen productos como las pastas destinadas al blanqueamiento dental. Se conoce con el nombre de "blanqueamiento domiciliario" al uso de dichos productos blanqueadores en casa y sin supervisión de un especialista. Habitualmente, supone un gasto de dinero inútil, ya que muchos de estos productos pueden quitar alguna mancha leve en la mejor de las situaciones, pero la mayoría nunca produce efectos visibles de reducción de tonos.
3 - Blanqueamiento domiciliario bajo supervisión profesional:
Es una alternativa que se utiliza para complementar el blanqueamiento realizado en el consultorio. En este caso, el odontólogo entrega unas fundas transparentes a medida para la dentadura (cuyo molde se fabricará en laboratorio tras una sesión previa para tomar medidas), así como un producto blanqueador y unas jeringas para su implantación, que deberán conservarse en frío.
Todas las noches durante un mes aproximadamente (el tiempo dependerá tanto del tono de los dientes como de la eficacia del producto utilizado), después de lavarse los dientes, el paciente deberá colocar el producto en aquella parte de la férula que corresponda a la pieza o piezas a blanquear y se colocará la funda. Por la mañana, deberá retirársela y enjuagarse la boca con agua fría para eliminar los restos del blanqueador.
Cada semana se procederá a hacer una revisión para supervisar este tratamiento, con el fin de comprobar que dicho tratamiento está dando sus frutos. Asimismo, el especialista puede ver si existe algún problema y podrá resolverlo a tiempo, antes de que pueda causar algún daño.
4 - Técnicas mixtas o blanqueamiento dental combinado:
Al igual que ocurre con el anterior tipo de blanqueamiento, en este caso se combinan sesiones clínicas con blanqueamiento domiciliario. La única diferencia es que, desde la primera sesión, existen resultados visibles y, por tanto, el éxito del tratamiento se produce antes (en ocasiones, basta con una semana de tratamiento domiciliario para completar el blanqueamiento).
No hay que olvidar que tanto en este caso como en el caso del blanqueamiento domiciliario bajo supervisión profesional deben llevarse a cabo, una vez finalizado el tratamiento, sesiones de refuerzo anuales.
También hay que tener en cuenta que, independientemente de la técnica por la que se decida, es necesaria una limpieza bucal previa para acabar con las manchas exteriores y para que el blanqueamiento se lleve a cabo con el mejor resultado posible.


Ventajas en inconvenientes del Blanqueamiento Dental

Teniendo en cuenta que la odontología estética persigue la mejora del aspecto de nuestra sonrisa, haciéndolo de forma que el resultado sea natural, las ventajas de un blanqueamiento dental para alcanzar este objetivo son:
- La reducción del color amarillo de los dientes, pudiendo recuperar el blanco natural de los mismos y permitir al paciente  volver a lucir así una sonrisa perfecta.
- El resultado se consigue de forma inmediata (el blanqueamiento clínico dura tan sólo una hora).
-  Tratamiento conservador
- Si el blanqueamiento dental se realiza en un consultorio odontológico, y si se llevan unos buenos hábitos tras el tratamiento, siguiendo los consejos del profesional, el resultado puede ser bastante duradero.
En contra de lo que sucede con otros tratamientos de estética dental, las contraindicaciones que presenta el blanqueamiento carecen de gran importancia:
- Durante los primeros días posteriores al tratamiento, puede aparecer sensibilidad.
- Requiere que, durante unos días después del tratamiento, se lleve a cabo una dieta consistente en tomar alimentos sin colorantes y, por tanto, evitar bebidas como el café, vino tinto o productos como el tomate, la zanahoria o el chocolate.
- El blanqueamiento dental con peróxido de carbamida no es efectivo en determinados casos como los de coloraciones muy pronunciadas y, bajo ningún concepto, se podrá obtener un tono más blanco del natural de nuestros dientes. Como se ha dicho, existen otros tipos de tratamientos dentales (con carillas de composite o con coronas cerámicas).


Indicaciones y casos no indicados

Se recomienda el blanqueamiento dental a personas que tienen alguno de los siguientes problemas dentales:
- Dentaduras amarillentas o grisáceas como consecuencia de malos hábitos como el fumar tabaco o consumir bebidas que causan la tinción de los dientes (café, vino, bebidas Cola, etc.). En este caso, cabe señalar que si no se erradican estos hábitos, la pérdida del color natural de la dentadura volverá a darse con el paso del tiempo, y el blanqueamiento dental deberá realizarse periódicamente.
- Cambio del color natural de los dientes causada por la edad.
- Pigmentaciones externas causadas por placa dental tras un tratamiento de ortodoncia.
Sin embargo, existen casos en los que un blanqueamiento dental no lograría mejorar el tono natural de la dentadura y habría que recurrir a otra alternativa. Es el caso de:
- Dientes muy oscuros: en ocasiones, la tonalidad de la dentadura es tan oscura que un blanqueamiento no es la solución, por lo que debería discutirse con el odontólogo qué tratamiento alternativo le iría mejor. Posiblemente, entre ellos, el uso de carillas estéticas de porcelana o composite.
- Cambios de color por problemas como dentinogénesis (formación defectuosa de la dentina) o amelogénesis (formación defectuosa del esmalte) imperfecta, enfermedades que afectan a las estructuras que dan color a los dientes.
- Pigmentaciones grises por fluorosis o tetraciclinas: dado que los dientes amarillentos y porosos son más fáciles de blanquear que los grisáceos y sin tanta porosidad, en estos casos es recomendable consultar con un especialista cuál es la mejor solución a su problema, ya que el blanqueamiento dental no será satisfactorio.
- Dientes restaurados con carillas de composite o de porcelana: puesto que las carillas son finas láminas de un material innatural adheridas a la zona frontal de los dientes, el blanqueamiento no variará el tono de las mismas. Si han adquirido un determinado color o sufren cierto desgaste, la única solución es cambiarlas.
- Caries: la salud bucal ha de ser buena para poder llevar a cabo el blanqueamiento, como ocurre en el resto de tratamientos de estética dental.
- Dentaduras altamente sensibles, ya que no soportarían el tratamiento.
- Niños menores de 12 años.
- A pesar de que no existen estudios al respecto, se desaconseja la práctica del blanqueamiento dental en mujeres embarazadas.
Como en todo tratamiento de odontología, se recomienda acudir a un especialista para que sea él quien decida si puede o no someterse a la técnica en cuestión.


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